
10 descubrimientos arqueológicos cruciales relacionados con la Biblia
El siguiente artículo está adaptado de la ESV Archaeology Study Bible, una nueva herramienta de estudio que enraíza el texto bíblico en su contexto histórico y cultural.
1. Piedra Roseta
En 1798, Napoleón invadió Egipto. Llevó consigo un equipo científico de eruditos y dibujantes para examinar los monumentos del país. El más importante hallazgo de la expedición fue la Piedra Roseta. Resultó valiosa como clave para descifrar antiguos jeroglíficos egipcios. La piedra databa del periodo de Ptolomeo V (204-180 a. C.) y estaba inscrita en tres tipos de escritura: demótico, griego y jeroglíficos. El griego, conocido para los estudiosos de entonces, resultó ser una traducción del antiguo idioma egipcio en la piedra. La traducción de los jeroglíficos marcó el inicio del estudio de antiguos textos y gramática egipcios antiguos y proporcionó la base de los estudios modernos de egiptología.
2. Rollos del Mar Muerto
En 1947, pastores dieron con una caverna en un área escabrosa y árida en el lado occidental del Mar Muerto. Lo que descubrieron pronto fue proclamado como el mayor hallazgo arqueológico del siglo XX. En los años siguientes, se encontraron otras cavernas distantes similares en el área. ¿Qué contenían estas cavernas? Más de 800 documentos fragmentarios, que consistían principalmente en escritos hebreos sobre cuero (y unos pocos sobre pergamino), incluyendo fragmentos de 190 rollos bíblicos. La mayoría de ellos son pequeños, y no contienen más de un décimo de un libro; no obstante, se encontró un libro de Isaías completo. Casi todos los libros del Antiguo Testamento están presentes, y también hay otros escritos valiosos para la comunidad que habitaba en esas cuevas. Aparentemente, los rollos más antiguos datan de mediados del siglo III a. C., y la mayoría datan de los siglos I y II a. C. quizá la mayor contribución de este hallazgo es a nuestra comprensión de la transmisión del texto bíblico. Es alentador observar que las diferencias son mínimas entre los textos del Antiguo Testamento de los Rollos del Mar Muerto y distintas ediciones de los textos hebreos producidos mil años más tarde y usados hoy, y contienen los más mínimos detalles textuales. El significado del texto mismo no resulta afectado por estas diferencias.
3. Inscripción de Tel Dan
En 1993, excavadores descubrieron en Tel Dan una inscripción con la palabra BYTDWD. Ellos argumentaron convincentemente que la palabra significa «casa de David» y data del siglo IX a. C. La inscripción había sido sellada por una capa de destrucción asiria posterior firmemente fechada en 733/722 a. C. Una capa de ceniza es el sueño del arqueólogo. Todo lo que esté sellado debajo de ella debe ser datado como anterior, porque no hay posibilidad de intrusión por artefactos posteriores. La alfarería inmediatamente inferior al nivel de destrucción data de los siglos IX y XVIII a. C., y de ese periodo debe haber venido la denominada inscripción Casa de David. Si bien algunos eruditos han intentado explicar la inscripción aseverando que BYTDWD es o el nombre de un lugar, o bien la designación de un templo para una deidad, probablemente se refiera a la casa o linaje de David, el segundo rey de la monarquía unificada y presumiblemente el gobernante más significativo en la historia de Israel. Evidencia adicional es la probable aparición del término BYTDWD en la Estela de Mesha/Piedra Moabita, que también data del siglo IX a. C.
4. Rollos de Ketef Hinnom
En 1979, el arqueólogo israelí Gabriel Barkay estaba excavando una cueva sepulcro en Ketef Hinnom, al sur de Jerusalén. La tumba era una típica estructura sepulcral de la Edad de Hierro tardía (c. finales del siglo VII a. C. El típico entierro judío de esta época se realizaba en una cueva abierta en la roca. Cuando una persona moría, era puesta en un banco sepulcral en la tumba junto con elementos personales tales como vasos, joyería u ornamentos. Una vez que el cuerpo se descomponía, los huesos de la persona eran puestos en un cajón debajo del banco sepulcral. Cuando el equipo comenzó a excavar el cajón, se encontraron con dos pequeños rollos de plata. Dado que los rollos eran de metal, a los arqueólogos les resultó difícil desenrollarlos, y descifrar el texto. Comenzaron con el rollo más grande, que les tomó tres años desenrollarlo. Cuando lo lograron, este solo medía 7,6 cm. Cuando terminaron, observaron que el rollo estaba cubierto de caracteres delicadamente grabados. La primera palabra que lograron descifrar fue «Yahvé». Después de mucho trabajo, pudieron leer el rollo entero. Contenía la bendición sacerdotal de Números 6. El rollo más pequeño también contenía la bendición de Números 6. Se necesitó tanto tiempo para desenrollar y descifrar los rollos que el material recién fue publicado en 1989.
Estos dos rollos son relativamente desconocidos, pero se pueden ver hoy en el Museo de Israel en Jerusalén. Son las citaciones más tempranas de textos bíblicos en hebreo. Preceden a los Rollos del Mar Muerto más tempranos por más de 400 años, y por tanto son útiles en materia de crítica textual. Muchos autores han argumentado que la bendición sacerdotal fue escrita después del exilio, con su fecha más temprana en el siglo IV a. C. Ahora tenemos ejemplos físicos de la bendición de finales del siglo VII a. C. Además, el descubrimiento de las dos placas con la misma bendición en un sepulcro pone de relieve la centralidad de la bendición sacerdotal para la religión de los israelitas.
5. Piedra Moabita
En 1868, un misionero en Jerusalén halló una placa de piedra en venta que parecía de tiempos antiguos. Los vendedores rompieron la tabla en varios trozos para venderlas de a una y así ganar más dinero. Afortunadamente, antes de romper la tabla se hizo una copia (la cual está hoy en el museo de Louvre). En la tabla hay un texto escrito en moabita que data del siglo IX a. C. Tal vez fue una piedra de victoria erigida por el Rey Mesha para conmemorar sus triunfos militares. El texto comienza diciendo: «Soy Mesha, hijo de Quemos, rey de Moab». En el texto destaca la versión del rey acerca de la guerra contra el Rey Jorán del reino del norte de Israel poco después de la muerte de Acab. Es de especial interés que la Biblia registra el mismo incidente en 2 Reyes 3. Los dos relatos difieren en perspectiva. Mesha enfatiza sus victorias sobre Israel al capturar ciudades bajo el control israelita. El escritor bíblico, por el contrario, subraya los exitosos contraataques de Israel contra los moabitas.
6. Las cartas de Laquis
En la década de 1930, J. L. Starkey excavó el sitio de Laquis. Descubrió una capa de escombros fuertemente destruidos y quemados a manos de los babilonios bajo Nabucodonosor en 589/588 a. C. Starkey desenterró en los escombros quemados dieciocho ostracones de una sala de guardia entre la puerta exterior y la interior de la ciudad. Un óstracon es una inscripción escrita con tinta sobre fragmentos de alfarería. La mayoría de los ostracones eran correspondencia, aunque unos pocos eran listas de nombres. El contenido de los ostracones era fragmentario, y solo un tercio está lo bastante preservado para ser legible. La data de los ostracones generalmente es inmediatamente anterior a la destrucción de Laquis por parte de los babilonios.
Muchas de las cartas están escritas por un hombre llamado Hoshaiah a un comandante militar llamado Yaosh. La interpretación común es que Hoshaiah era el comandante de una fortaleza fuera de Laquis que le escribía a Yaosh, el comandante de Laquis. Otros comentaristas creen que Hoshaia era el jefe militar de Laquis y Yaosh un alto oficial en Jerusalén. Una de las cartas concluye con la declaración: «Sepa [mi señor] que estamos vigilando las señales de Laquis, conforme a todas las indicaciones que mi señor ha dado, pues no podemos ver Azekah». Hoshaiah se refería a las señales de fuego desde una ciudad de Judea a otra, y al parecer el contexto es el inminente asalto babilonio.
7. Épica de Gilgamesh
En 1872, George Smith anunció que había descubierto un relato asirio de un diluvio entre tablas almacenadas en el Museo Británico de excavaciones de Nínive de mediados del siglo VII a. C. El relato, denominado la Épica de Gilgamesh, se compone de doce tablillas, y una de ellas contiene una historia de un gran diluvio. El héroe de la inundación, un hombre llamado Utnapishtim, le relata un episodio a Gilgamesh. Él explica que el dios Ea le advirtió acerca de un juicio que se acercaba y le dijo que construyera un bote para salvar su vida de la arremetida del agua. En el transcurso del relato, en ciertos aspectos la épica es casi idéntica a la narración bíblica de Noé en Génesis 6-9. Este descubrimiento causó un gran revuelo entre los expertos bíblicos del siglo XIX, y aun hoy los estudiosos siguen intrigados y debaten acerca de los paralelos obvios entre ambos relatos.
8. El túnel de Ezequías
La fuente de agua más confiable para la ciudad de Jerusalén durante el asentamiento israelita era la Fuente del Guijón. Sin embargo, su ubicación fuera de los muros de la ciudad era problemático. Durante un ataque o un sitio, a los habitantes se les cortaba su vital fuente de agua. En 1867, el explorador Charles Warren descubrió un agujero vertical abierto en la roca que le permitía a la gente de Jerusalén llegar a las aguas de la Fuente del Guijón desde detrás de los muros de la ciudad. Este agujero probablemente había sido construido originalmente por los jebuseos y puede ser la manera en que los soldados de David capturaron la ciudad (2S 5:6-8). Un nuevo sistema acuífero que empleó parte del anterior fue construido por Ezequías cerca del final del siglo VIII a. C. debido a una amenaza militar asiria. El túnel de Ezequías descendía levemente desde la Fuente del Guijón para permitir que el agua fluyera hasta el Estanque de Siloé dentro de los muros de la ciudad.
El túnel de Ezequías fue abierto por dos equipos que cavaban el uno hacia el otro desde extremos opuestos. No fue labrado en línea recta, sino que serpenteaba debido a los frecuentes cambios del terreno. Los dos grupos hacían ajustes a medida que se acercaban entre sí y escuchaban los golpes del otro grupo. Se ha descubierto una inscripción a seis metros del Estanque de Siloé que describe el encuentro de los dos equipos cavadores.
9. El hombre crucificado de Givat Hamivtar
Conocemos muy bien los métodos romanos de crucifixión en el siglo I d. C., no solo por registros escritos, sino también por los restos de un hombre crucificado descubierto en Givat Hamivtar, un sitio inmediatamente fuera de Jerusalén. La cruz consistía en dos partes, el poste vertical, llamado stipes crucis, y el travesaño, llamado patibulum. El hombre crucificado fue puesto con su espalda sobre el stipes crucis, y sus manos fueron clavadas al patibulum. Según los arqueólogos, los clavos deben haber sido clavados en la muñeca, porque las palmas no podrían haber soportado el peso del hombre. También lo fijaron a la cruz por los pies de una forma distinta a lo que se piensa comúnmente. El verdugo romano hacía un tosco rectángulo de madera donde se presionaban los talones de la víctima. Luego se traspasaba un clavo de hierro desde el lado derecho del marco, a través de los calcáneos del hombre —los huesos tarsales más largos del pie— y luego desde el lado izquierdo. Luego la punta sobrante era doblada a martillazos. Este hallazgo proporciona a los arqueólogos nuevos conocimientos acerca de la crucifixión romana.
10. Textos ugaríticos
Una gran mayoría de textos cananeos provienen de la localidad de Ugarit (actualmente Ras Shamra), en la costa norte de Siria junto al Mar Mediterráneo. Ugarit era una prominente ciudad-estado cananea del segundo milenio a. C. Se han realizado importantes excavaciones en el sitio desde 1929. Un importantísimo hallazgo en Ugarit son cientos de textos descubiertos en las áreas del palacio y el templo. Más de 1.500 de estas tablas han sido publicadas. Ugarit llegó a su apogeo en los siglos XV al XIII a. C., periodo en el que floreció la literatura escrita en el lugar.
La ciudad encontró su destino final a manos de enemigos mediterráneos que destruyeron el sitio alrededor del 1200 a. C. La importancia de los textos ugaríticos es el material que proveen respecto a la religión cananea. Sus textos mitológicos nos ayudan a entender el contexto religioso del Antiguo Testamento, incluyendo muchos paralelos entre las prácticas religiosas cananeas e israelitas. Además, los idiomas ugarítico y hebreo son bastante similares, y así el ugarítico provee nociones acerca del desarrollo de la gramática del hebreo.
Este artículo está adaptado de la ESV Archaeology Study Bible, editada por el Dr. John Currid y el Dr. David Chapman.
Tomado de 10 Crucial Archaeological Discoveries Related to the Bible por John D. Currid © 26 de Abril, 2018. Usado con permiso de Crossway, un ministerio de publicación de Good News Publishers, Wheaton, IL 60187, www.crossway.org.
Traducido por: Proyecto Nehemías.
Edición: Daniel Elias.
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