
08. «Todo es de ustedes» – 1 Corintios 3:21
«Amados hermanos míos, escuchen esto: ¿Acaso no ha escogido Dios a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe y herederos del reino que él ha prometido a los que lo aman?». ¡Qué paradoja: pobre
pero rico, como si no tuviera nada, pero poseyendo todo! Todo es nuestro: para nuestro uso y beneficio; para disfrutar aun cuando no lo poseamos realmente; nos fue cedido en un pacto, nos fue presentado en las promesas, para ser reconocidas y disfrutadas por fe, para pedirlas y poseerlas en su momento. Tendremos a tiempo todo lo que es realmente necesario, y esa provisión será completa cuando Jesús aparezca por segunda vez sin pecado para salvación. Somos herederos de Dios, y coherederos con nuestro Señor Jesucristo; ya sea que reflexionemos sobre cosas temporales o espirituales, cosas presentes o futuras, cosas dolorosas o placenteras, cosas en la tierra o en el cielo, podemos decir con razón: «Todo es nuestro». Dios es nuestro, nuestra porción; Jesús es nuestro, nuestro prometido; el Espíritu Santo es nuestro, nuestro confortador; la tierra es nuestra, nuestra aula de aprendizaje; el cielo es nuestro, nuestro hogar eterno.
¿Pero creemos esto? ¿Vivimos reconociendo esta verdad gloriosa?
¿Podemos recostarnos esta noche sobre nuestra almohada y decir
con confianza: «Todo es mío»? Si es así, está bien que se nos diga: «Yo
conozco tu pobreza (aunque en realidad eres rico)».
Dios es nuestro gozo y nuestra porción
aun cuando los bienes terrenales se agoten;
él sostendrá y llenará nuestro corazón
cuando la tierra misma desaparezca.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
Deja un comentario