Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

30. «Todos nosotros somos como hojas caídas» – Isaías 64:6

¡Qué contraste entre un Dios inmutable y un pecador que cae como una hoja! Sin embargo, esta es una imagen verdadera de nosotros, y de todas las cosas temporales. Comenzamos a vernos verdes y vivaces por un momento, y en poco tiempo nos marchitamos, nos desvanecemos y morimos. «Todos los que nacemos de una mujer vivimos muy poco y sufrimos demasiado. Somos como las flores: al cortarlas se marchitan».

Esta es una consideración que nos empequeñece. Pero puede volverse muy útil. Procuremos aprovecharla. ¿Nos desvaneceremos y moriremos pronto? Entonces que no nos afecte tanto lo que ocurre aquí abajo. Enfoquemos nuestros anhelos en las cosas de arriba, y acumulemos tesoros en el cielo. Vivamos por fe en Jesús, caminemos con Dios, y busquemos principalmente agradarle en todo lo que hacemos. También cuidémonos de un espíritu mundano, y transitemos en temor el tiempo de nuestro peregrinaje aquí. Pronto encontraremos que la salud cede terreno a la enfermedad; la fuerza a la debilidad; la juventud a la vejez. El lecho de muerte, el ataúd, la tumba, están ante nosotros; por tanto aseguremos nuestro llamado y nuestra elección; cultivemos una comunión íntima y familiar con Dios; cavemos hondo y establezcamos nuestros cimientos sobre la roca.

Hermanos, el tiempo es corto, la eternidad con todas sus glorias está ante nosotros; todos nos desvanecemos como hojas caídas.

¡Que nuestra esperanza esté segura
en el árbol de la vida eterna!
Solo este, en perpetua primavera,
tiene hojas que jamás se marchitan.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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