Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

29. «¡Tú seguirás siendo el mismo!» – Salmo 102:27

Todo aquí abajo es propenso a cambiar; la salud puede dar lugar a la enfermedad, el placer al dolor, la riqueza a la pobreza, el amor a la enemistad, el honor a la desgracia, la fuerza a la debilidad, y la vida a
la muerte. Debemos recordar que serán muchos los días de oscuridad. Pero aunque cambiaran todas nuestras circunstancias y amigos, hay uno que nunca cambia. Si él decide algo, nadie puede cambiarlo. Con Dios no hay variabilidad. Él es el mismo ayer, hoy y por siempre; y él es nuestro mejor amigo, nuestra relación más cercana, nuestro Salvador misericordioso. Ayer, su nombre era Jesús; su naturaleza era amor; su propósito era hacernos el bien con todo su corazón y con toda su alma. Hoy, él es el mismo; es imposible esperar demasiado de él, ni confiar demasiado en él, si estamos caminando en humildad con él. Él será nuestro Dios, y nosotros seremos su pueblo.

Cultivemos la intimidad con él, la dependencia de él, el interés por agradarle, el temor a ofenderlo, el celo por glorificarlo; y seguro nos irá bien en salud y enfermedad, riqueza y pobreza, vida y muerte; porque él es el mismo, y nunca dejará de hacernos bien, sino que permanecerá como la fuente de amor y santidad por siempre. Alabemos al Señor.

Este Dios es el Dios que adoramos,
nuestro Amigo fiel e inmutable;
cuyo amor es tan grande como su poder,
y ninguno tiene límite ni final.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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