Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

23. «Ando afligido» – Salmo 38:6

¿Pero cuál es la causa de tu aflicción? No hay nada fuera de Jesús que merezca nuestro lamento, o nada comparado con el pecado que merezca nuestro llanto. ¿Es por causa de la irregularidad en tu caminar con Dios? ¿Por causa de la profunda depravación de tu naturaleza? ¿Porque los hombres no guardan la ley de Dios? ¿O porque Jesús esconde su rostro, y tu testimonio se desvanece y se marchita?

Puedes lamentarte por Jesús, pero no debes desesperar; porque él regresará, él tendrá compasión de ti. La depravación del corazón es suficiente para hacer llorar a un ángel; pero no olvidemos la preciosa sangre que limpia, ni la gracia prometida que santifica. No mires demasiado los defectos que aparecen en tu caminar, ni la corrupción que obra en tu corazón; más bien enfócate en la sangre y la gracia de Jesús, como medios para tu sanidad. Lee y cree sus promesas; confiesa y clama a su trono; espera y observa sus caminos; ten cuidado, no sea que por lamentar en exceso entristezcas su Espíritu. Él no puede dejar de ser bondadoso; nunca te olvidará; él fue ungido para «consolar a todos los que están tristes».

Deja, oh creyente, deja de lamentar;
regresa a tu descanso, regresa;
¿por qué habrían de aumentar tus penas?
Aunque tus pasos hallen hondos pesares,
tu guerra terminará en triunfo;
todo saldrá bien.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: