Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

190. «Yo sé a quién he creído» – 2 Timoteo 1:12

Conocer a Cristo es una bendición inexplicable. Es la raíz de nuestra felicidad. Es esencial para nuestra confianza. Y recibimos la posibilidad de conocerlo. Lo conocemos por su Palabra. Lo conocemos por el testimonio de los creyentes. Y lo que es aún mejor, lo conocemos por la enseñanza del Espíritu Santo. Pero solo conocemos en parte. Conocemos su persona, para amarlo; su carácter, para confiar en él; su perfecta obra, para depender solo de él para ser aceptados ante Dios; su infinita plenitud, para recurrir a él en todas nuestras necesidades; su tierna compasión, para buscar en él consuelo para el sufrimiento y el dolor; su voluntad de recibir a pecadores, para recomendarles a los pobres pecadores que vayan a él para recibir vida y paz. Sabemos que puede salvar. Sabemos que es confiable. Sabemos que nunca dejará ni abandonará una pobre alma que confíe en él. Lo conocemos, y por tanto confiamos todo nuestro ser en sus manos. Lo conocemos, y por tanto no nos avergüenza declarar que es nuestro Señor y nuestro Dios. Sabemos quien es: el Hijo de Dios; lo que es: el Salvador; donde está: a la diestra de Dios; lo que ha hecho: murió por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación; lo que hará: vendrá nuevamente y nos recibirá en su presencia.

Yo sé en quién he creído;
su Espíritu garantiza a mi corazón,
que aquello que ha recibido de mí,
su constante amor mantendrá seguro.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: