Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

17. «Getsemaní» – Mateo 26:36

Este era un jardín al pie del Monte de los Olivos; aquí Jesús, como el sustituto de su pueblo, recibió la copa de ira de la mano de su Padre agraviado. Era la ira de Dios, todo lo que nosotros habíamos merecido; el castigo que nosotros debíamos soportar. El Hijo de Dios en nuestra naturaleza, en nuestro lugar, por nuestra salvación, fue castigado por la justicia divina. Ninguna mano humana lo acarició, ninguna voz humana le habló, cuando sudaba grandes gotas de sangre que caían al suelo. Era el bautismo que esperaba, ¡y cuán grande fue su amor! El bautismo que anhelaba recibir. Observa al maravilloso siervo sufriente; oye sus terribles gemidos; escucha sus suspiros desgarradores; el cielo y el infierno están estupefactos; solo el ser humano permanece imperturbable.

Amados, esta es nuestra garantía. Él está pagando nuestra deuda, redimiendo nuestras almas, comprando nuestra felicidad, y obteniendo nuestra paz. Él fue a Getsemaní para que nosotros no pudiéramos ir al infierno. Él fue castigado para que nosotros pudiéramos ser glorificados. Visita este lugar sagrado con frecuencia, con mucha frecuencia; ten comunión aquí con Cristo en sus sufrimientos por fe. ¡Oh, alma mía, te exhorto que visites Getsemaní, y visítala con mucha frecuencia para tener comunión con Jesús!

Dirígete al huerto, pecador;
observa esas gotas preciosas que caen;
la carga pesada que llevó por ti:
por ti él se rebaja tanto.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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