
140. «No se preocupen» – Lucas 12:29
Todos estamos propensos a dudar, y dudamos prinipalmente allí donde no hay razón para dudar. Pero algunos parecen nutrir sus dudas, como si la duda fuera parte de la religión. Esto está mal. Es algo pecaminoso. Nuestro Señor con frecuencia nos llama a creer, pero nunca alienta las dudas. Las dudas lo deshonran a él, nos angustian a nosotros y le dan a Satanás una ventaja sobre nosotros. No dudemos de la providencia de Dios, porque es bondadoso; ni de su Palabra, porque es verdad. No juzguemos por las apariencias, que a menudo nos engañan; más bien descansemos sobre las promesas divinas, que nunca pueden cambiar o engañar. No pongamos demasiado la mirada sobre nosotros mismos, nuestras capacidades o nuestras circunstancias; más bien pongamos la mirada en el Señor, en su sabiduría, poder y amor. No temblemos frente a la pobreza, porque Dios puede hacernos más felices en la pobreza de lo que jamás hemos sido en la plenitud. Que no nos afecte la variabilidad de los hombres, porque nuestro Dios tiene la decisión tomada y nada puede hacerlo cambiar. Si cedemos ante una mente que duda, eso arruinará nuestro bienestar presente, nos entorpecerá en nuestros deberes piadosos, debilitará la luz de nuestra esperanza, y alimentará y nutrirá nuestros miedos. Pero lo peor de todo es que cuestionará la bondad, el cuidado y la providencia de nuestro Dios amoroso.
Lleva tus cargas al Señor,
déjaselas a tu Salvador.
él (cuyas manos por ti fueron clavadas)
puede libertar y lo hará;
él sigue siendo verdadero y fiel,
entrégate a su voluntad.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
Deja un comentario